La idea inicial era dirigirnos a la Peña Regaliz, para escalar la vía "Divertimento", pero la mañana que teníamos pensado machar, nos avisa Jorge de que no se encuentra bien y que va a ir al médico. Asique finalmente vamos Raúl y yo para allí,
cambiando un poco lo previsto.
Llegamos a Fuente Dé y tras repartir el material y
hacer las mochilas, tomamos el camino que sube hacia los Tornos de Liordes para
desviarnos en el comienzo de las zetas y subir hasta la estación superior del
cable andando.
Vamos cargados y tardamos poco menos de 2 horas en
subir hasta arriba, con varias paradas por el camino. Una vez arriba, la niebla
comienza a amenazar con cubrirlo todo, y allí nos encontramos nosotros en plena
soledad, apurando las horas que quedan de día.
Una parada un poco más larga y proseguimos por la
cómoda y ancha pista que va hasta el
collado de la Fuente Escondida, desviándonos en La Vueltona, donde tomamos el
PR que va hasta los Horcados Rojos. A los pies de la Aguja Bustamante nos
desviamos y tomamos el sendero que sube hasta el collado de la Canalona.
La niebla se ha ido haciendo más espesa y la noche
se nos ha ido echando encima, pero a pesar de ello no hay mala visibilidad, por
lo que de momento no sacamos los frontales, hasta unos 50m del collado, que nos
vemos obligados a encenderlos ya que la oscuridad nos dificulta andar ya sin
tropezarnos. A los pocos minutos llegamos al collado y la niebla que había se
esta marchando y la luna poco a poco va iluminando la zona.
Buscamos el vivac que hay aquí arriba, nos
abrigamos y preparamos algo rápido de cenar. A las 10 de la noche ya estamos
metidos en el saco. La noche es fría, y así lo reflejan los sacos empapados y
la escarcha formada en las mochilas y el resto de material.
La noche pasa y deja paso al amanecer, quién nos
indica que es hora de preparar las cosas y continuar. Después de desayunar
tomamos el sendero que nos conducirá hasta el collado de Santa Ana, donde en el
vivac que hay, nos equipamos y dejamos una mochila con las cosas que no nos van
a hacer falta para no tener que cargar con todo.
Comenzamos a descender hasta que tomamos el camino
que nos conducirá al pie de vía del Espolón Rojizo sin perder más altura. Una
vez en el pie de vía, miramos la pared, ubicamos la vía y paramos a decidir qué
hacer, ya que la mañana es fría, todo el valle está dominado por la sombra y la
roca está helada. Finalmente decidimos probar suerte llegados hasta aquí, pero
según vamos escalando, los dedos de los pies y de las manos casi no se notan y
la roca está fría, la temperatura es baja y el sol no quiere acercarse, por lo que a pocos metros del final del primer largo
decidimos bajarnos, no nos apetece congelarnos en la vía, y ya habrá días
mejores para venir a hacerla, asique otra espinita que dejaremos para días en los que la temperatura
y las condiciones sean mejores, ya que la zona merece la pena volver.
Volvemos al collado donde rehacemos las mochilas
antes de emprender la vuelta, mientras decidimos sin probar suerte en la
Canalona, pero está una cordada preparándose para empezar, asique decidimos
bajarnos y probar las vías que hay en los Llanos, al pie de la vía ferrata.
Aquí algunas fotos más:
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